Me ha gustado mucho el libro y me ha sorprendido por muchas razones: la capacidad de la autora de hacer reflexiones tan profundas y a la vez tan claras; la ligereza en la lectura, sus páginas se devoran; su estética; su capacidad de evocarte momentos y sentimientos…  Y así podría seguir con una gran lista de virtudes, pero os animo a leerlo y hacer la vuestra propia. Las sorpresas que encontraréis en sus páginas son tanto tangibles como intangibles.

He devorado la mitad del libro de un tirón. Me estoy emocionando a tope y viajando contigo por todos los paisajes y emociones. He parado dudando de si hacerlo, como cuando te comes un helado riquísimo del tirón o te bebes una botella de vino bueno disfrutando trago a trago durante una larga cena.

Lo he leído enseguida porque me ha enganchado. Todo el libro irradia valentía, ganas de crecer, ganas de conocer… Y para terminar: “La conquista de mi propio mundo interior se ha convertido en mi mayor desafío personal”. Ese desafío que siempre deberíamos tener presente, aunque ya no seamos adolescentes.